jueves, 3 de abril de 2008

DEadLIVERY

Afortunadamente, una breve recorrida por las páginas de información periodística más reputadas nos ha enfrentado a la feliz conclusión de que no nos han quemado el chiste.

  • Pregunta: ¿A qué no sabe, [in]dispensable lector o lectora, dónde acaba de tener lugar un peculiarísimo accidente?
  • Respuesta: Sí; detrás del sitio que ocupa en la imagen el fornido sujeto sito detrás del ente pankeado, personajes -ambos- que honran la idea misma de aleatoriedad.
En cristiano: Una chata se incrustó contra la Casa Lázaro Costa, en Santa Fe y Callao.

Más allá de lo lamentable del tópico, para tranquilidad de la humana especie, la realidad -más temprano que tarde en algunos- pierde terreno ante la abstracción y, de tal modo, el morbo de los aludidos algunos se ve gradualmente morigerado.

Es que,haya pasado lo que haya pasado -de hecho en este momento, 6:15 [sunny and 14ºC, según the weather channel, aunque no ha salido el sol yet] escucho sirenas y siento culpa por la culpa que podría llegar a sentir en caso de decir lo que no voy a callar y la resolución del asunto no fuera la más inocua- y lo que tengo que hacer, pues, es pedirles disculpas a mis circunstaciales compañeros del 106 de recién por esa incontenible risa que sólo tenía que ver con una caprichosa frase que invadió los confundidos confines de mis paredes craneales:

¡eso sí que es entrega a domicilio!

Pido disculpas por anticipado si alguien tiene motivos para sentirse afectado o susceptibilizada -y/o viceversa- por algo de lo recién expuesto.

Yo sólo vi algo, biografías aparte, memorable y, lamentablemente, no tuve la velocidad para sacar la fotografía que nos habría ahorrado semejante exhibición de oscurísimo paladar.

En fin, llegando al idem, esperemos tener un buen día. Sin otro objeto que el de desviar la atención suya de usted, dejo enumerados un par de acompañantes en la aberración:


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