casi diariamente, de acuerdo con las diferentes dietas alimenticias de cada uno de los ciudadanos y afines, preparamos, inconscientemente, huevos en diversos tipos de presentaciones: fritos, hervidos, pasados por agua, revueltos, escalfados... incluso podridos.
a tal fin, no vacilamos en deshacerlos violentamente de sus cáscaras, actividad que generalmente se da a través de prácticamente estrambóticos golpes que las terminan resquebrajando hasta que se terminan desprendiendo de los citoplasmas vulgarmente llamados (individualmente, claro) "clara".
no fue sino a través de un nuevo "hurto web" de imágenes que waldo, ser indiscutiblemente sensible a los derechos de las minorías, pudo notar que la situación no era, como se creía, tan inofensiva para todos: como diría la esposa del reverendo alegría... ¿es que nadie se acuerda de los huevos? tal como reza el título, esta vez en castellano, los huevos también tienen sentimientos.
pero... ¡basta de palabras! dicen que una imagen vale más que mil de ellas. ergo, aquí está la prueba (por favor, personas de sensibilidad exacerbada y embarazadas, abstenerse de mirar):
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