sábado, 22 de diciembre de 2007

mi parte insegura

la vida a menudo nos enfrenta a signos que no necesariamente estamos en condiciones de descifrar.

dejando de lado el chivo que involucra a la compañía que desde hace tiempo viene gentilmente ofreciéndonos no sólo una marcada disminución de la capacidad pulmonar y energética sino también una creciente oportunidad para dilapidar nuestros magros ingresos, nos centraremos en el objeto retratado en la imagen de la izquierda.

hace unos días, el habitual acto de aprovisionamiento de un atado de 20 unidades de prefabricados cartuchos de tabaco nos enfrentó a una desconcertante sorpresa claramente apreciable en la imagen adjunta.

pasado el inicial deslumbramiento ante la mutación del cilindro del que nuestros índices y mayores no logran desembarazarse, llegó el momento de la pregunta obligada: ¿qué significado debíamos asignarle a la azarosa llegada de semejante exponente a nuestras manos (partiendo, por supuesto, de la axiomática premisa de que algo simbolizaba)?

no viene al caso enumerar las incontables alternativas entre las que nuestro atribulado cerebro se vio obligado a deambular, ya que ninguna de ellas resultó lo suficientemente convincente como para alcanzar el status de hipótesis factible.

sí podemos imaginar algunas reacciones ante el aludido interrogante:

  • dirán los escépticos que se trata de una imagen trucada, ante lo cual sólo podemos ofrecer nuestra palabra de que se trata de un precario escaneo de nuestra autoría (y si ha llegado ud. hasta esta altura, supongamos que algo de crédito puede brindarle a aquello a lo que nos referimos como "nuestra palabra").
  • algún racionalista podrá dar por zanjado el asunto atribuyéndolo a un desperfecto técnico. la opción es factible, pero no resuelve en modo alguno nuestra inquietud.
  • algo similar ocurre ante lo que puedan decir los que se ven conmovidos por la paupérrima situación de los trabajadores de la industria tabacalera: concluyendo que no es éste más que un producto de la enajenación laboral, nos seguimos centrando en relaciones de causa y efecto que no son lo que realmente nos importa.
  • no faltará, claro, algún pragmático que asegure que no soy más que un reverendo pelotudo con suficiente tiempo libre para andar preguntándome boludeces de escaso o nulo interés. no tenemos a nuestro alcance, lamentablemente, pruebas que demuestren lo contrario.
el caso es que lo que nos motiva son las posibles interpretaciones esotéricas, simbolistas, astrológicas (?), religiosas (??), oraculares y afines a las que nuestra prácticamente inexistente materia gris no nos permite arribar.

queda ud., apreciado lector, invitado a convidarnos cualquier pista que pueda arrojar alguna suerte de luz sobre tan desconcertante hallazgo.

desde ya, nos manifestamos en infinito y anticipado agradecimiento.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz año nuevo!!!!! Estaremos hablando, y viéndonos en este año que empieza hoy!! Con laburos y casas nuevos, y algunos de nosotros con amores nuevos, esperemos.
Besototototes!

fede (otrora Waldo) dijo...

estaremos

y esperemos todo eso
y a godot también (?)

y gracias
y besototototes (!) también